martes, 26 de marzo de 2013

GARGOLAS

Cuenta una leyenda que en las profundidades de una cueva a orillas del Sena vivía una bestia, un dragón, llamado La Gargouille, descrito como un ser con cuello largo y rectilíneo, hocico delgado con potentes mandíbulas, ojos encendidos,  cejas fuertes, alas membranosas.
Este ser tragaba los barcos que surcaban las aguas del Sena, y de sus fauces escupía agua, tanta que provocaba inundaciones,  los habitantes de Rouen para aplacar su ira todos los años le acercaban un criminal que así era ajusticiado, pero lo que mas le gustaba a la bestia eran las doncellas.
Un sacerdote romano llego a Rouen , con la promesa de pactar con la bestia si los ciudadanos de la localidad se bautizaban y construían una iglesia dedicada al culto católico.
Este sacerdote dominó al dragón solo con la señal de la cruz, le ató una cuerda al cuello y como si de un perro dócil se tratara lo llevó a la ciudad, donde fue quemado en una hoguera, todo menos el cuello y la cabeza, que fue cortado y expuesto en el ayuntamiento.
Es posible que esta leyenda fuera el origen de la palabra Gárgola, amen de su sonido onomatopéyico del ruido del caudal de agua al circular por un conducto en régimen turbulento.
Posiblemente los constructores de templos goóticos, quisieran representar el universo, la relación entre lo de arriba y lo de abajo, lo grande y lo pequeño, la tierra y el cielo, el cosmos, lo imaginario, la libertad de construcción, todo es posible, lo conocido y lo desconocido,  si eran imaginables podrían existir.
Son las Gárgolas guardianes grotescos e infernales puestos para proteger las iglesias de los demonios, o eran representaciones de seres salidos del abismo infernal para asustar a los pecadores, o simplemente eran representaciones de los canteros, acechadas por la idea del pecado,  en estados alterados de la conciencia lo veían y posteriormente esculpían estas maravillas.
No hay dos Gárgolas iguales, aunque casi siempre están formando grupos de formas similares, como si de reuniones demoníacas se tratasen, otras veces están solitarias, gobernando desde las alturas las miserias de los que se arrastran sobre la tierra, formas de hienas con patas, de hombres con bocas dislocadas y facciones grotescas, frailes demoníacos, serpientes con alas y cuernos, ....
Desde luego la función arquitectónica de expeler el agua de los canalones fuera de las piedras que formaban los muros para protegerlos de la erosión no necesitaba de tanto ingenio, destreza, trabajo, sacrificio….



Catedral de Jerez, Gárgola, las demás parecidas, rostros humanos, melenas de león, este parece apoyado sobre dos cabezas.




Iglesia de San Dionisio, Jerez.





Diferentes tipos de Gárgolas en la Catedral de Notre-Dame de Rodez.


Conjuntos de Gárgolas en la Catedral Notre-Dame de Rodez, en la lengua de Oc, Rodés.

Típica Gárgola con forma de dragón, similar a la bestia de la leyenda de Rouen en la Catedral de Albi
Gárgola con rostro deformado y vestimenta de clérigo en la Iglesia de San Nazario en Carcasona. 
Gárgola y extraño sostén de cornisa con formas de cabeza tanto de hombres como de mujeres, en la misma iglesia de San Nazario, en el interior de la Ciudadela de Carcasona.

Conjunto de Gárgolas en la misma linea de canalón en la Iglesia de Saint Martin en  Limós

miércoles, 20 de marzo de 2013

Por las marismas de Cetina.

Este sábado, como otros a eso de las 5 de la tarde, hora torera y de calor, me fui a recorrer algunos de los solitarios caminos que por las cercanías tenemos y puse rumbo al parque que le llaman Dehesa de las Yeguas, este esta por la carretera de Bolaños, esa carretera que va desde el Portal a Puerto Real, antes de llegar al cruce con la Autovia A-4, se encuentra este parque.
Este parque es un bosque de pinos piñonero y demás vegetación propia de estos ecosistemas, podríamos denominar con una palabra que a mi me cautiva “algaida”, que bordea el sureste de la marisma de Cetina y parte de la marisma de las Aletas, lo forman la Punta de Prados y la Punta de Cetina.
En este parque existe una zona habilitada con mesas y bancos, que para pasar un día entre los pinos con un buen arroz por medio entre unos pocos de amigos debe ser magnifico, y un claro donde dejar el coche, aparqué el vehiculo y sacando la mochila con agua y frutas entre otras cosas, los bastones y mi chambergo, me puse a caminar.
Saliendo de la masa de pinos en dirección a la marisma, se puede ver la primera de las tuberías de agua de riego que nos acompañan por todo el recorrido.
La marisma de Cetina y las Aletas, esta encuadrada dentro de la zona de acción que se marcó el YRIDA por los años 50. En estos años el “Generalísimo” llega a un acuerdo con los EE.UU, y le vende parte de la huerta de Rota, 6.100 acres, que son casi 6100 aranzadas, el acre tiene 4046,8 metros cuadrados, la aranzada tiene 4.472 metros cuadro,  para que estos pongan una base militar desde la cual controlar todo el trafico entre el Mediterráneo y el Atlántico, de gran importancia en la Guerra Fría. A los propietarios de los huertos expropiados, en su mayoría, les dan tierras en Nueva Jarilla y algunos en el poblado de Doña Blanca.
Para tapar conciencias y con una ínfima parte del dinero de los americanos, los ingenieros de caminos, canales y puertos y los ingenieros agrícolas adscritos al Régimen y por supuesto viviendo ricamente del YRIDA (Instituto de Reforma Y Desarrollo Agrario), realizan las mayores barbaridades antrópicas sobre las marismas del Guadalete, se crea un dique a ambos márgenes del Río, el brazo que desde el margen izquierdo fluía hasta el mar, se le corta y se le ponen unas compuertas, lo que llamamos Río San Pedro, y a las marismas se les dota de una red de canales de agua de riego, para por medio de esta agua desanilizar las mismas y hacerlos terrenos para cultivos agrícolas, todo esto fallo, solo quedan los caminos y metros de tuberías y canales destrozados, hoy en día se quiere construir un polígono industrial en las aletas, parece ser que el paso tiempo a los hombres no les da sabiduría.
Volviendo a mis andares, tomé rumbo noroeste, todo recto hasta encontrarme con los últimos retazos del Río San Pedro, por el camino fui dejando metros y metros de tuberías rotas, canales por el suelo caído de sus soportes, sifones rotos, sin agua, un conejo me sale corriendo delante y se mete en uno de los tubos rotos, alguna utilidad le están dando estos animales. Desde un promontorio en el camino cuando se llega al Río San Pedro, se divisa las salinas y en estas pude realizar algunas fotos a los flamencos, y a un bando de cigüeñuelas, una vez en el río tomé un carril a la derecha dirección noreste, y por medio de un puente improvisado, crucé el arroyo Salado, un curso de agua dulce que llevaba bastante caudal y que aporta agua de vida a la marisma, este arroyo esta casi cegado de carrizos y espadañas, si se restableciera las marismas según estaban antes de 1955, este seria un aporte de agua dulce muy importante, junto con el Río. Después de vagar por el entorno y andar entre el barrón, y los almajos, por entre los promontorios de tierra que como islas aparecen en los lucios, con algunas plantas de sabinas, chumberas y alguna que otra pita, de ver como los conejos saltaban por todos lados, ya con las sombras fui volviendo a los pinares y soñando en que un día en vez de naves y carreteras podamos ver las marismas de las aletas y cetina, rebosantes de vida, con senderos para pasear, con un centro de interpretación, con la unión del río San Pedro con el Río, viendo como con las mareas se inundan, como siempre estuvieron, y dejando a la naturaleza el avance de la algaida por la marisma.



 Comienzo del camino, al principio los pinos, después la marisma.


     Canales y tubería de riego, rotos, como un insulto al paisaje, discurren paralelos a los caminos que como heridas se ven en la marisma.

                                       
 Siguen los caminos y las tuberías, como si un campo de batalla fuera.



 Alguna laguna de agua salobre, que queda, ocupada por una cigüeñuela.



 Este canal sigue siendo el Río San Pedro subiendo la marea.

  Me asomo por encima del muro y con la elegancia de los flamencos y el fondo de la salina con sus montañas de sabor, puede pararse la tarde.



 Entre los flamencos un bando de cigüeñuelas levantan el vuelo.

  El arroyo Salado, que no es salado es dulce.


 Mas tuberías que no riegan nada y que nunca sirvieron.




       El pinar, los brotes de las copas como si de luces la primavera los encendiera.



martes, 19 de marzo de 2013

De paseo por las ruinas del Fuerte de Santa Catalina.


Este domingo, como estaba un tanto desapacible, no queríamos alejarnos mucho de la zona de resguardo, el domingo pasado cogimos una “mojá” increíble, andando por los alrededores del Pantano de los Hurones,  así que nos fuimos a recorrer las ruinas de la fortificación de Santa Catalina, entre la Calita o Cala del Agua y Vistahermosa.

Parece ser que en el 1499 desde las playas de la punta de Santa Catalina partió la expedición de Juan de la Cosa que descubrió las costas de Venezuela, posiblemente ya en esta época había en esa zona una ermita dedicada a Santa Catalina, me imaginó que a la Santa Catalina de Alejandría, antes de todo esto pudo existir en ese enclave un templo al dios fenicio Moloch Baal, mas tarde en 1540 Carlos V, ordena al Duque de Medinaceli que construya una torre en ese paraje, y el duque no le hace caso, en 1562 el 25 de mayo desembarcan 13 navíos turcos en la punta de Santa Catalina porque fracasaron en su intento de saquear Cádiz, al final fueron repelidos por milicias de Jerez, ya con Felipe II se proyecta construir un fuerte en ese enclave, pero la ciudad de El Puerto de Santa Maria se niega a realizar el proyecto porque este solo beneficiaba a Cádiz y los gastos corrían a cargo del Cabildo portuense, siempre lo mismo, el dinero, siguió insistiendo Cádiz al Rey y a finales del siglo XVI se acaba de construir el fuerte.

El siglo XVII se fue reforzando la construcción, en el 1700 contaba con 20 cañones de mediano calibre, serian de a 24 libras, con la batería hacia el mar en parapeto y en tierra con fortificación de hornabeque, con dos medios baluartes en los extremos y un baluarte central.

En el 1702 una flota anglo-holandesa tras fuego cruzado con la batería de Santa Catalina desembarcan en la playa cercana al fuerte, la escuadra inglesa compuesta por 30 navíos, 6 fragatas, dos corbetas, cinco bombardas y tres brulotes, con un total de 1585 bocas de fuego, un navío podía armar mas de 100 cañones y las bombardas además de armar cañones 8 o 10, su cubierta estaba reforzada para montar un par de morteros para fuego a fuertes en tierra, los holandeses contaban con 20 navíos, en la guarnición no había mas de 50 hombres y aguantaron 7 días, se rindieron y los ingleses volaron totalmente la fortificación.

En 1765 la fortaleza estaba reconstruida,  pero en el 1810 el Capitán General de Andalucía, viendo la que se venia encima con los franceses, manda a destruir el fuerte, los franceses medio lo adecentan y lo utilizan para mandar fuego de cañones hacia Cádiz, la distancia entre la punta de Santa Catalina a la Punta de San Felipe es de 4,6 Km mas o menos.

Así que cuando los franceses se van nos dejan un fuerte en ruina y con el tiempo pues eso, mucho más en ruina, y si no se ponen medios para mantener lo que queda, dentro de poco veremos en ese pedazo de nuestra historia la casa de veraneo de algún potentado.



Muralla en la Playa de la Calita, primera línea defensiva mirando al mar.
Por la derecha rampa de acceso a una de las tres plataformas que se encontraban dentro de la muralla, al fondo en el horizonte Cádiz.
Posiblemente lo que queda de la primera construcción que se realizó por mandato de Felipe II, torre almenara para vigilancia,  parecida a las muchas que hay por toda la costa, Torre del Puerco en Chiclana, Torre de Castilnovo en Conil, Torre de Punta Camarinal, Torre de Trafalgar, etc..


África y detrás lo queda del arco de acceso al recinto amurallado y parte de la muralla.




 


Parte de la muralla que se orientaba hacia tierra, esta daba a una especie de foso y después del foso se levantaba otra muralla que apenas quedan vestigios.

 

Muralla, foso y lo que queda de la otra muralla.


Probablemente este paraje se le llamaba "Los Cañuelos" se aprecia como de las rocas han sacado sillares de piedra ostionera.
 

Desde mas cerca.

 
Un plano del 1810, la primera línea o parapeto casi no queda nada, la torre y poco mas.